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Bolivia acumula tres años de déficit comercial y pierde su motor exportador

La historia comercial de Bolivia durante la presidencia de Luis Arce Catacora es, en dos palabras, oscilante y dependiente: oscilante porque pasó de equilibrios a superávits en 2021-2022 y luego retornó a déficits en 2023-2024; dependiente porque esas variaciones estuvieron marcadas por los vaivenes de las ventas de materias primas y el comportamiento de las importaciones. El saldo comercial no es un número frío: traduce dólares que entran o salen, reservas que suben o se gastan, y políticas que funcionan —o no— para diversificar la economía.En 2020, marcado por la pandemia, Bolivia cerró con un ligero déficit de $us 65 millones, después de una contracción global.Las cifras de 2021 y 2022 muestran que Bolivia logró recuperar impulso: 2021 registró un superávit importante y 2022 mantuvo saldo positivo, con exportaciones que se incrementaron de forma significativa respecto a 2020.

Ese terreno favorable, sin embargo, no duró. En 2023 las exportaciones sufrieron una caída marcada —más de $us 2.800 millones según los registros compilados— y el saldo cambió de signo hacia el déficit de $us -571 millonesLa tendencia se profundizó en 2024, cuando Bolivia cerró el año con un déficit de alrededor de $us 845 millones, resultado de una caída del 17% en las exportaciones y del 14% en las importaciones respecto al año anterior; la contracción exportadora fue más pronunciada, reduciendo la capacidad del país para generar divisas.Ese retroceso deja en evidencia el argumento de la “recuperación sostenida” y obliga a mirar con más atención la estructura de las exportaciones, que dependen de los hidrocarburos, minerales y materias primas sin valor agregado.

BalanceBolivia atraviesa una etapa crítica. Lo que alguna vez fue su principal fuente de divisas —el gas natural— se convirtió en el origen de un déficit comercial persistente que amenaza con marcar un récord negativo al cierwre de 2025.Así lo explica Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), quien sostiene que el país vive “una crisis del comercio exterior producto de la falta de políticas coherentes” para fomentar tanto las exportaciones como la sustitución competitiva de importaciones.Rodríguez no ahorra calificativos: “Es lamentable decirlo, pero la razón principal para estar registrando un tercer déficit comercial consecutivo desde 2023 se debe al descuido del comercio exterior”. Hasta agosto de 2025 —precisa— el déficit acumulado llega a $us 611 millones y todo apunta a que el saldo negativo se ampliará hacia fin de año. En 2023, el déficit fue de $us 684 millones, y en 2024 alcanzó $us 982 millones./ El Deber

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