PlusTLT.- Creado en diciembre de 2005 con recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) como Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas, en las últimas dos décadas los principales beneficiaros, por encima de los indígenas, han sido organizaciones sociales que son parte del instrumento político del Movimiento Al Socialismo (MAS) y alcaldes afines a la gestión de Gobierno.
Ocurrió tanto en los gobiernos de Evo Morales Ayma como en el de su sucesor, Luis Arce Catacora.
En 2014 ya había recibido denuncias de desfalco por más de 180 millones de dólares. Fue uno de los escándalos de corrupción más grandes de los últimos tiempos en Bolivia. Un año después, el Gobierno del MAS le cambió el nombre a Fondo de Desarrollo Indígena (FDI), en un intento por dejar atrás el escándalo, enjuiciar a los responsables y dar continuidad a los proyectos.
El anuario del 2021, último año del que se tiene datos, devela que el 65% de los proyectos fuero realizados en municipios donde no existen pueblos indígenas. El 76% de los proyectos fueron destinados a gobiernos municipales del oficialismo, con un presupuesto de casi 70 millones de dólares.
Tarija, como el departamento de mayor producción de hidrocarburos, fue la región que inició la lucha que derivó a la creación del fondo, pero ha sido de los menos beneficiados por el Fondo Indígena.
Como desde la época de Evo Morales, bajo el actual gobierno de Luis Arce el programa continúa privilegiando con los proyectos a organizaciones afines al MAS. Se abrieron 77 casos por temas de corrupción en el Fondo Indígena desde su creación. 26 ya culminaron el proceso y solo 13 llegaron a una sentencia condenatoria.
Con una historia de corrupción y sin haber beneficiado a los indígenas, ¿para qué ha servido entonces el Fondo?
Fuente.- Verdad con Tinta, Connectas, El Deber