¿Quiénes son los Valdivia, dueños de un imperio vinculado al poder que se llevó a cenar a Lara a Brasil?

El 10 de octubre de 2025, Eduardo Valdivia Zambrana completó la adquisición del 80.26% de las acciones del Banco PyME de la Comunidad, consolidando su control sobre una institución financiera que, aunque modesta en tamaño, representa una pieza clave en un entramado corporativo construido en menos de una década. Tenía 36 años y faltaba poco para el 19 de octubre, la fecha del balotage que, finalmente, dio la victoria al binomio Rodrigo Paz Pereira/Edmand Lara Montaño. Lo que los registros públicos revelan no es la historia de un emprendedor exitoso, sino la crónica de una acumulación de capital cuyas fuentes permanecen envueltas en densa sombra y cuyas conexiones políticas han sido cuidadosamente cultivadas.

La “conexión” Evo Morales fue, al parecer y por sus resultados, una “presa” fácil y el “golpe de suerte” antes de 2005: viajes, hoteles de lujo, francachelas y mucho más, hicieron que en el primer avión que lo llevó a su también primera gira luego de ganar las elecciones del 18 de diciembre de 2005, esté acompañado en ese vuelo por Juan Valdivia Almanza, flamante diputado por una circunscripción de Cochabamba. Éste era el dueño del hotel Casa Blanca y tras suyo una historia de migrantes bolivianos en Brasil.
Hoy, 20 años después y una generación e historia de hijos “exitosos”, intentan repetir otra “conexión” con técnicas y guiones parecidos, solo que ahora es el hijo Eduardo y la “víctima propiciatoria” Edmand Lara, el vicepresidente electo el pasado 19 de octubre. Pero quienes pretendieron ver similar comportamiento de Evo, parece ser que se equivocaron de presunta víctima, pero no de victimarios. Se trata del más reciente episodio que involucra a “Los Valdivia” y una foto difundida unos días antes de la posesión de Lara en el cargo vicepresidencial, tomada en un balneario de Brasil, acompañado de Eduardo Valdivia Almanza, entre otros. Quien difundió la fotografía inicialmente, el periodista Carlos Valverde, alertó sobre sus posibles ribetes. Pero quien se esforzó en usarla para denostar a Lara, fue otro político tarijeño, Virginio Lema, que es al que Lara le responde ahora:
«El señor Virgilio Lema públicamente ha hecho, no sé si decir un esquema o un diagrama de vínculos donde se me ve a mí en una fotografía con el señor Eduardo Valdivia, lo vinculan con la empresa Botrading.
Eduardo Valdivia no tiene nada que ver con Botrading y si usted dice lo contrario, señor Virgilio Lema, le pido que pruebe las afirmaciones irresponsables que está haciendo. Después vincula a otro joven de la fotografía como gerente de YPFB. Este joven nunca ha trabajado en YPFB.
Después, saca fotografías incluso de mis hijos, de mi esposa invadiendo la privacidad de uno, vulnerando el derecho a la privacidad, a la honra y a la buena imagen que tiene toda persona.
Usted siempre ha estado y va a estar del lado de los dinosaurios políticos, a usted le duele que hayan perdido a los que siempre ha apoyado y los que siempre están de lado de usted y usted está de lado de ellos.
Es tiempo de renovación y el hecho de que yo esté en una mesa compartiendo un plato de comida en un lugar público con una persona, no me hace a mí culpable de lo que hayan hecho. Además, yo no tengo una bola cristal para adivinar el pasado de las personas.
Hay que juzgar a las personas por sus actos, porque las acciones son personalísimas, cada quién responde por la consecuencia de sus malas acciones, no me vincule a mí con hechos de corrupción que yo no tengo nada que ver, no sea irresponsable, respete a la familia, respete si quiere ser respetado porque respetos guardan respetos.
Yo a usted señor Virgilio Lema lo he respetado y lo sigo respetando, pero no sea irresponsable, no busque palestra política difamando y atacando a la gente, le mando un fuerte abrazo».

Así, en su estilo, Lara se desprende de dos cargas: de Los Valdivia y de quienes intentan usar una fotografía que, en realidad, desvela el despliegue de técnicas que éstos usan para rodear a políticos exitosos que aún no conocen los alcances del poder que el voto popular les concedió. Eso de “conexiones políticas cuidadosamente cultivadas”.
Lara, por su respuesta, deslinda sus distancias con ambos en una declaración en TikTok: “El hecho de que yo esté en una mesa compartiendo un plato de comida en un lugar público con una persona, no me hace a mí culpable de lo que hayan hecho”.
¿Pero quiénes son Los Valdivia?
El hijo: de cero a sesenta millones en siete años
Eduardo Valdivia Zambrana, nacido el 25 de mayo de 1988 en Cochabamba, se identifica profesionalmente como ingeniero financiero. Su trayectoria empresarial comienza formalmente en 2016, cuando a los 27 años funda Multivalores Agencia de Bolsa S.A. junto a socios que incluían a Moisés Murillo Lima y Rodrigo Álvarez Endara. El capital inicial: 1,645,000 bolivianos.
Dos años después, en enero de 2018, Valdivia Zambrana constituye NESAB S.R.L., una empresa comercial dedicada inicialmente a la venta de equipos electrónicos, con un capital social declarado de un millón de bolivianos. Su socia minoritaria era María Luz Zambrana de Valdivia, quien poseía apenas el 5% de las cuotas. En diciembre de 2020, el objeto social de NESAB se amplía drásticamente para incluir “asesoramiento económico, financiero y jurídico para empresas nacionales e internacionales”, transformando lo que era un negocio de electrónicos en un vehículo de inversión.
Entre 2021 y 2025, el capital social de NESAB se multiplica de forma exponencial. Entre junio y diciembre de 2021, dos aumentos de capital elevan el patrimonio de 1 millón a 20 millones de bolivianos. En abril de 2022, el capital salta a 35 millones de bolivianos. En junio de 2023 alcanza los 38.8 millones, y un año después llega a 46 millones. Para septiembre de 2025 se proyecta un nuevo incremento hasta 61 millones de bolivianos.
En todos los documentos notariales, estos aumentos se justifican con la misma frase: “por razones de inversión y expansión comercial”. Aportes en efectivo. Pero los estados financieros de NESAB cuentan una historia diferente. La empresa reporta ventas anuales que promedian apenas 2 millones de bolivianos, con costos operativos que consumen casi la totalidad de esos ingresos. En 2023, la utilidad neta fue de apenas 1,373 bolivianos. En 2024, mejoró a 101,277 bolivianos.
¿Cómo una empresa que genera menos de 100,000 bolivianos al año en utilidades puede respaldar aportes de capital que suman 60 millones de bolivianos en efectivo? En los balances generales de NESAB al cierre de 2023, la empresa registraba 23.4 millones de bolivianos en “Depósitos en Tránsito” y otros 10.5 millones en “Inversiones”. Para 2024, esas cifras se mantenían prácticamente iguales. Son activos de alta liquidez, recursos que fluyen sin consolidarse en la operación comercial declarada de la empresa.
En el balance general de 2022, aparece una cuenta por cobrar denominada “Cuentas por cobrar EDUARDO VALDIVIA” por 2,015,001 bolivianos. El propio accionista mayoritario (con el 99% de las cuotas) se había prestado dos millones de bolivianos de la sociedad. La distinción entre el patrimonio de la empresa y el patrimonio personal del controlador se difumina.
Multivalores: el puente hacia el sistema financiero
Mientras NESAB se capitalizaba misteriosamente, Multivalores Agencia de Bolsa experimentaba su propia transformación. Entre 2017 y 2022, la agencia mostró rentabilidad consistente, capitalizando utilidades año tras año hasta alcanzar un capital social de 6.39 millones de bolivianos. El retorno sobre patrimonio (ROE) en 2018 fue del 46.84%, cifra extraordinaria para cualquier agencia de bolsa.
Pero en 2023, la agencia registró una pérdida neta de 2.7 millones de bolivianos, provocada principalmente por un cargo por incobrabilidad de 18.8 millones de bolivianos. En 2024, las pérdidas continuaron: otros 2.4 millones de bolivianos negativos. El patrimonio de Multivalores cayó de 7.1 millones en 2022 a 4.7 millones en septiembre de 2024.
La estructura accionaria de Multivalores también experimentó cambios significativos. En mayo de 2023, Rodrigo Álvarez Endara y Moisés Murillo Lima vendieron sus participaciones (2.22% y 4.44% respectivamente) a Patricia Rita García Renjifo de Caballero, quien ya era gerente general de la agencia. Cuatro días después de esa venta, Ericka Murillo Lima renunció como directora suplente. Al final del proceso, la estructura accionaria quedó así: Eduardo Valdivia Zambrana con el 47.93%, Patricia Rita García Renjifo con el 36.29%, y Delia Rosmery Mendoza Mamani con el 15.78%.

El movimiento de Moisés Murillo Lima merece especial atención. Un mes después de vender sus acciones en Multivalores, el 15 de junio de 2023, fue nombrado Gerente de Inversiones de la Gestora Pública de Seguridad Social de Largo Plazo, la entidad que administra el ahorro previsional de todos los trabajadores bolivianos y decide dónde invertir miles de millones de dólares.
El padre: Gravetal y el modelo de vaciamiento patrimonial
La historia de Gravetal comienza en 2008 y tiene al padre, Juan Valdivia Almanza, aquel que viajó con Evo Morales en su primera gira entre diciembre de 2005 y enero de 2006, como protagonista central y con una operación financiera que desafía la lógica empresarial, pero no la lógica de “conexiones políticas cuidadosamente cultivadas”.
En junio de ese año 2008 se constituyó Inversoja S.R.L. con un capital social de apenas 100,000 bolivianos. Trece días después, Inversoja adquirió Gravetal por 65 millones de dólares mediante deuda. La empresa operó con patrimonio negativo durante años, mientras sus estados financieros mostraban una característica peculiar: sus “ganancias” no provenían de operación comercial real. En 2021, por ejemplo, Gravetal reportó costos de venta de apenas 15,855 bolivianos. Una historia de cómo las “conexiones políticas” funcionaron, puede leerla aquí. Su entramado involucra al padre de Los Valdivia, operando hace más de 20 años.
El caso, eso sí, es emblemático: la rentabilidad de Gravetal no derivaba de vender soya en el mercado, sino de la revalorización contable de sus activos. La empresa se beneficiaba de dos mecanismos clave: combustibles y energía eléctrica subsidiados por el Estado boliviano, y un acceso privilegiado al crédito del sistema financiero. Producía con costos artificialmente bajos, exportaba cobrando en dólares, pero pagaba sus créditos en bolivianos al tipo de cambio oficial de 6.96, mientras el dólar paralelo superaba los 10 bolivianos.
Durante 2024 se registraron 29 operaciones de préstamos bancarios, 19 en 2023 y 13 en 2022. La aceleración es notable en 2023, que representó un aumento del 46% respecto a 2022, y en 2024 con un incremento del 123%. El año que Moisés Murillo Lima asumió la Gerencia de Inversiones de la Gestora coincide exactamente con el inicio de esta intensificación crediticia sin precedentes.
Los bancos más importantes del país participaron activamente. Banco Unión S.A. dio 12 préstamos, aproximadamente 700 millones de bolivianos; Banco FIE S.A., 14 préstamos, aproximadamente 200 millones; Banco Económico S.A., 13 préstamos, aproximadamente 380 millones; Banco Fortaleza S.A., 8 préstamos, aproximadamente 65 millones; y otros bancos acumularon 11 préstamos, con aproximadamente 450 millones.
Gravetal también accedió a recursos a través de Fondos Cerrados de Inversión (FIC) administrados por SAFIs, muchas de ellas controladas por los mismos bancos. Y directamente desde la Gestora Pública, que compraba bonos y pagarés de Gravetal. Las tres fuentes aparentemente distintas provenían del ahorro previsional de los trabajadores bolivianos.
En marzo de 2024, Inversoja se liquidó con un patrimonio de casi mil millones de bolivianos, tras la misteriosa desaparición contable de cientos de millones en pasivos. La estructura ya había cumplido la función de concentrar riqueza mediante el uso del ahorro público como combustible financiero.
Los Tiempos: ¿el medio como escudo, como “validador social”, o como “arma”?
En noviembre de 2023, el Grupo Empresarial Valdivia anunció la adquisición del 100% de Editorial Canelas S.A., propietaria del periódico Los Tiempos de Cochabamba, uno de los medios más tradicionales de Bolivia. La compra se concretó a través de tres sociedades: SANTACRUZPROPERTIES S.R.L. (66.66%), INTERCOMUNICATION COMPANY S.A. (33.33%) e INMOBILIARIA UBC S.R.L. (0.00%). La historia de esa transacción y sus íntimos detalles, se puede leer aquí. El País ha verificado las fuentes documentales de esa historia.
¿Por qué un empresario millonario decide comprar compulsivamente una empresa editorial deficitaria y altamente endeudada? Los estados financieros de Editorial Canelas al 31 de marzo de 2023 muestran una pérdida neta de 9.4 millones de bolivianos, acumulando pérdidas por 16.5 millones en solo dos años. El pasivo total superaba los 56 millones de bolivianos, con deudas bancarias por 23.5 millones. La empresa necesitaba 1.7 años de facturación completa, sin ningún gasto, solo para cancelar la deuda bancaria.
SANTACRUZPROPERTIES, que controla el 66.66% de Editorial Canelas, tiene un capital social declarado de apenas 458,000 bolivianos, pero controla cuotas valoradas en 8 millones de bolivianos. La sociedad controladora tiene un capital 17 veces menor que el valor de lo que controla.
El beneficiario final de INTERCOMUNICATION COMPANY S.A., que posee el 33.33% de Editorial Canelas, es Eduardo Valdivia Zambrana. Miguel Alejandro Díaz Cossío figura como representante legal de INTERCOMUNICATION y también como Gerente General de Editorial Canelas. INMOBILIARIA UBC, con pérdidas acumuladas superiores al millón de bolivianos, completa la estructura. Su beneficiaria final es Francisca Elvira Zambrana Montero.
La compra de Los Tiempos fue una decisión empresarial estratégica. Un medio de comunicación tradicional, con 80 años de historia y credibilidad construida, representa un activo político invaluable. Un día después del anuncio de adquisición, el periódico circuló con una separata gubernamental pagada. Roberto Méndez, de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz, declaró que la compra marcaba “una nueva derrota para la prensa independiente en Bolivia”.
Pocos meses después, la edición impresa de Los Tiempos se discontinuó y las estadísticas de sus ediciones digitales cayeron, pero las deudas laborales a sus trabajadores, según denuncias recientes, continúan.
Banco de la Comunidad: consolidación del control financiero (si la Gestora le deposita dinero)
El 10 de octubre de 2025, Eduardo Valdivia Zambrana completó su desembarco en el Banco PyME de la Comunidad al adquirir el 80.26% de las acciones a través de NESAB S.R.L. La compra incluyó las 3,300,290 acciones ordinarias que pertenecían a la Cooperativa COBOCE, que había anunciado su intención de vender desde 2019.
Los estados financieros del banco revelan una institución en crisis. Entre 2019 y 2024, registró pérdidas netas consecutivas: 19.1 millones de bolivianos en 2019, 12.8 millones en 2020, 3.4 millones en 2021, 17.4 millones en 2022, 14.1 millones en 2023 y 5.9 millones en 2024. El patrimonio neto cayó de 91.2 millones de bolivianos en 2018 a 52.3 millones en 2024.
¿Por qué comprar un banco virtualmente quebrado? NESAB S.R.L. tiene poderes amplios para gestionar préstamos en moneda nacional y extranjera, constituir fideicomisos, emitir títulos en bolsas extranjeras y realizar operaciones internacionales. La unificación del control de NESAB (la inversora y prestataria potencial) y el Banco PyME (la entidad que otorga crédito) crea una estructura de riesgo sistémico.
Eduardo Valdivia Zambrana fue designado Director Titular-Presidente del Banco de la Comunidad el 26 de marzo de 2025, antes incluso de completar la compra de las acciones de COBOCE. Participa en los comités de Gestión Integral de Riesgos, Gobierno Corporativo y preside el Comité de Cumplimiento. Samuel Valdivia Zambrana, fue designado Director Titular-Vicepresidente el 9 de octubre de 2025. Patricia Rita García Renjifo, la misma que adquirió las acciones de Moisés Murillo Lima en Multivalores, también figura como miembro del Directorio del banco.
Los documentos notariales revelan que entre 2022 y 2025, NESAB S.R.L. participó activamente en las juntas de accionistas del Banco de la Comunidad, discutiendo temas como la “redención anticipada de Bonos Subordinados” y la “redención voluntaria de capital pagado”. En febrero de 2024, la ASFI autorizó al banco transferir aportes de capital de NESAB por 1.5 millones de bolivianos a la cuenta de Capital Pagado, momento en que la participación de NESAB superó el 10% y ascendió al 26.10% del total accionario.
Los flujos opacos del dinero
La estructura financiera del Grupo Valdivia se caracteriza por la opacidad. Los capitales fluyen entre empresas, personas e instituciones sin dejar rastros claros en los registros públicos. Un análisis de los balances permite identificar algunos patrones:
NESAB S.R.L. mantiene sistemáticamente activos de alta liquidez desproporcionados a su operación comercial. Al cierre de 2024, tenía 23.4 millones en “Depósitos en Tránsito” y 16.6 millones en “Inversiones”. No hay pasivos bancarios significativos. Todo el financiamiento proviene del capital propio. Los estados financieros no revelan la fuente de los 60 millones aportados por Eduardo Valdivia Zambrana.
Multivalores Agencia de Bolsa manejaba, a diciembre de 2023, activos de terceros por más de 1,500 millones de bolivianos. La agencia actuó como colocador de cuotas de fondos de inversión administrados por CAPCEM SAFI (37.4 millones de dólares en 2019) y FIPADE SAFI (490 millones de bolivianos en 2025). Las pérdidas millonarias de 2023 y 2024 coinciden con el período en que Moisés Murillo Lima, ex socio y subgerente de Multivalores, asumió la gerencia de inversiones en la Gestora.
Editorial Canelas opera con pérdidas sostenidas y una estructura accionaria opaca a través de tres sociedades interpuestas. El beneficiario final declarado ante FUNDEMPRESA es Adolfo Barco Laura, el contador de la empresa, no Eduardo Valdivia Zambrana. Esta declaración contradice la realidad del control: Valdivia posee el 33.33% directamente a través de INTERCOMMUNICATION COMPANY, y controla indirectamente el 66.66% adicional a través de SANTACRUZPROPERTIES.
Banco PyME de la Comunidad recibió financiamiento histórico del Banco de Desarrollo Productivo (BDP), con múltiples préstamos de 10 millones de bolivianos cada uno entre 2012 y 2015. También mantuvo líneas de crédito con el Banco Unión por 27.4 millones de bolivianos en 2014 y obtuvo financiamiento externo de Microfinance Growth Fund LLC, OIKOCREDIT y Symbiotics S.A. por varios millones de dólares. Ahora, bajo control de NESAB, el banco tiene acceso directo a los fondos de pensiones a través de la Gestora.
El patrón: empresas con capital aparentemente propio, vinculadas entre sí a través de personas clave que rotan entre directorios, con acceso privilegiado a financiamiento público (directamente de la Gestora o indirectamente a través de bancos que se financian con recursos de pensiones), y con conexiones políticas estratégicas.
El rol de la Gestora y los Fondos de Pensiones
La Gestora Pública de Seguridad Social de Largo Plazo administra aproximadamente Bs 201,869 millones del ahorro de los trabajadores bolivianos (a 9 de noviembre de 2025). Cerca del 52% de esos recursos está colocado como DPFs o bonos en la banca; otro monto importante, cerca del 18%, está destinado en instrumentos de renta fija emitidos por empresas privadas y fondos de inversión. Son préstamos respaldados por bonos con garantías quirografarias, básicamente.
El sistema funciona en capas. La Gestora presta a los bancos, que a su vez prestan a empresas como Gravetal. La Gestora invierte en Fondos Cerrados de Inversión administrados por SAFIs controladas por los mismos bancos, y esos fondos invierten en empresas como Gravetal. La Gestora compra directamente bonos y pagarés de empresas como Gravetal. Las tres vías confluyen en el mismo destino, pero la fragmentación de los registros impide dimensionar la exposición real.
La llegada de Moisés Murillo Lima a la gerencia de inversiones de la Gestora en junio de 2023 marca un punto de inflexión. Jaime Durán Chuquimia, ex gerente general de la Gestora, defendió el nombramiento argumentando que Murillo Lima es “un experto en asuntos de inversiones y asuntos bursátiles” mirando a otro lado el “de dónde viene y quiénes fueron sus socios”. Pero la experticia no elimina el conflicto de interés. Murillo Lima fue socio de Eduardo Valdivia Zambrana en Multivalores durante seis años, y subgerente de negocios de la agencia. Un mes antes de asumir en la Gestora, vendió sus acciones a Patricia Rita García Renjifo, quien ahora también es directora del banco controlado por Valdivia Zambrana.
Bajo la gerencia de Murillo Lima, Gravetal, de Valdivia Almanza, el padre, realizó 58 operaciones de préstamos bancarios en dos años (2023-2024) versus 13 en 2022. Un incremento del 346%. Los bancos que financian a Gravetal se benefician de la liquidez que les proporciona la Gestora. Es un circuito cerrado donde el dinero público alimenta empresas privadas conectadas políticamente, y las decisiones de inversión las toma alguien que fue socio de uno de los principales beneficiarios indirectos del sistema.
Durán Chuquimia insiste en que “no hay conflictos de interés” y que las decisiones son “técnicas”. Pero la definición de “técnico” en el contexto boliviano parece excluir las consideraciones éticas sobre la concentración de poder económico y las conexiones políticas de los beneficiarios.
Sin respuesta
Este medio envió solicitudes de información a los correos electrónicos registrados en los documentos públicos de NESAB S.R.L., Multivalores Agencia de Bolsa, Editorial Canelas y el Banco PyME de la Comunidad, preguntando específicamente sobre:
- El origen de los 60 millones de bolivianos aportados por Eduardo Valdivia Zambrana al capital de NESAB entre 2021 y 2025.
- La naturaleza de los “Depósitos en Tránsito” e “Inversiones” que suman más de 40 millones de bolivianos en los balances de NESAB.
- La relación entre Moisés Murillo Lima y Eduardo Valdivia Zambrana, y si existieron acuerdos más allá de la sociedad en Multivalores.
- El propósito comercial de la adquisición de Editorial Canelas, dado su historial de pérdidas.
- Los planes de negocio para el Banco PyME de la Comunidad bajo el nuevo control accionario.
- La naturaleza de la reunión entre Eduardo Valdivia Zambrana y Edmand Lara en Brasil.
Hasta el cierre de esta edición, no se obtuvo respuesta de ninguna de las entidades consultadas.
Privatizar el ahorro público
En Bolivia, la historia de los Valdivia es sintomática. Representa un modelo de acumulación de capital originado en los años 90 y perfeccionado durante las últimas dos décadas: vínculos políticos estratégicos, acceso privilegiado a financiamiento público directo o indirecto, subsidios estatales que reducen artificialmente los costos de producción, y una ingeniería financiera sofisticada que utiliza sociedades interpuestas para ocultar beneficiarios finales y flujos de capital.
Juan Valdivia Almanza construyó su fortuna con Gravetal utilizando el ahorro de los trabajadores bolivianos como combustible y los subsidios estatales como motor. Su hijo, Eduardo Valdivia Zambrana, ha refinado el modelo: controla una agencia de bolsa que intermedia fondos de pensiones, una sociedad comercial hipertrofiada cuya fuente de capital permanece inexplicada, un medio de comunicación tradicional que busca darle legitimidad pública, y ahora un banco que le da acceso directo al sistema financiero regulado, entre otras empresas.
Por la historia detrás de “Los Valdivia”, hizo bien en marcar claros los linderos el ahora vicepresidente Edmand Lara. Su cargo le exige -como ya dijo en Potosí sobre el litio, como ya adelantó que participará en las reuniones de gabinete, como la Constitución Política del Estado le faculta, para no ser un adorno en la estructura del Estado, o como ya advirtió a grupos de abogados presuntamente detrás del Ministerio de Justicia donde ejerce un abogado que lo defendió cuando era un capitán de policía víctima de su institución- que también tome en cuenta un famoso dicho popular: “dime con quién andas y te diré quién eres”.
Si bien la fotografía con la que intentaron vincularlo a “Los Valdivia” no lo hace cómplice de la trayectoria exitosa de éstos, según los observadores políticos sería bueno para Lara evitar estar dando explicaciones, porque su figura y su cargo ya no son privados.
El sistema financiero boliviano, diseñado teóricamente para canalizar el ahorro hacia el desarrollo productivo, ha sido capturado por una red de intereses privados conectados políticamente. La Gestora Pública, la banca, las SAFIs, las agencias de bolsa y los fondos de inversión operan como un circuito cerrado donde el dinero público fluye hacia empresas controladas por familias como los Valdivia, mientras la ASFI, la entidad reguladora y fiscalizadora, deriva la averiguación de sospechas de lavado de dinero o fortunas difusas, al rol de la Agencias de Bolsa, evitando “darse cuenta”, que estas son, básicamente, propiedad de banqueros. Es el círculo que cierra la Ley del Mercado de Valores y la Ley de Entidades Financieras.
La estructura que los Valdivia han construido concentra capital y poder económico, mediático, y, cada vez más evidentemente, político. Un iceberg oculto bajo la superficie opaca de las finanzas bolivianas, cuya punta visible es, por ahora, una fotografía./El País





