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En medio del fuego, Bolivia recuerda el Día de las Áreas Protegidas con 4 millones de hectáreas quemadas

PlusTLT.- Desde hace dos meses y medio, Bolivia se encuentra en medio de una devastadora oleada de incendios forestales. De esta historia que se repite cada año, la magnitud de las pérdidas aún no puede ser totalmente cuantificada. Las llamas han afectado ya a varias áreas protegidas del país.

Uno de los primeros lugares afectados es el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) en el municipio de San Matías. El fuego llegó hace 21 días y aún no se ha logrado sofocar por completo. «En San Matías, una serie de incendios ya ha devastado un millón de hectáreas. Las líneas de fuego se extienden entre 40 y 50 kilómetros, y no hay suficiente capacidad humana para controlarlas», lamentó Oswaldo Maillard, director del Observatorio Bosque Seco Chiquitano.

Incendio en San Javier / Fotografía: Luis Gandarillas

Otra reserva en peligro es el Área Protegida Municipal de Copaibo, ubicada en el municipio de Concepción. Asimismo, el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, una extensión de 1,5 millones de hectáreas compartida entre Santa Cruz y Beni y declarado Patrimonio de la Humanidad en 2000, también está siendo consumido por las llamas.

El Área Natural de Manejo Integrado Municipal Laguna Marfil, en San Ignacio de Velasco, enfrenta problemas similares. Los habitantes locales están intentando sofocar el incendio, pero necesitan urgentemente maquinaria para ayudar en los esfuerzos.

La Reserva de San Rafael, en el municipio homónimo, es otra de las áreas más afectadas. Este espacio protegido, que incluye tres superficies interconectadas ricas en flora y fauna, sufre gravemente, al igual que el municipio de San Javier.

La batalla contra los incendios forestales en la región de Chiquitania se está extendiendo hasta 72 horas continuas para algunos miembros de la comunidad, bomberos y trabajadores rurales, quienes, sin descanso y utilizando sus propios recursos, luchan por controlar las llamas.

Con 62 incendios activos en el país, 53 de ellos en Santa Cruz, la situación se vuelve cada vez más crítica. Los municipios han agotado sus recursos y claman por más apoyo. En Ascensión de Guarayos, por ejemplo, la densa humareda obliga a los conductores a circular con las luces encendidas, y los pobladores sufren irritaciones en ojos, nariz y garganta debido al humo.

Cerca de alcanzar la magnitud de los incendios del 2019, ¿cuánto más tiene que ser devastado, consumido y calcinado para que las autoridades tomen medidas reales?

Fotografía: Ariel Cortez

Fuente: Fundación Tierra, El Deber, Infobae, EFE Noticias