La tuberculosis permanece latente a pesar de ser una enfermedad que se previene


La tuberculosis sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más letales del mundo, a pesar de los avances médicos. Causada por el bacilo de Koch (Mycobacterium tuberculosis), afecta principalmente a los pulmones y se transmite por el aire cuando una persona enferma tose, estornuda o escupe.
Desde la antigüedad, la tuberculosis ha sido un problema de salud. Hipócrates la llamó “tisis” en sus escritos médicos, y durante siglos fue considerada incurable. Sin embargo, en 1882, el microbiólogo Robert Koch identificó al agente causal, marcando un hito en su diagnóstico y tratamiento. Desde entonces, el 24 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis en su honor.
En 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró 10,8 millones de casos y 1,25 millones de muertes por tuberculosis en el mundo. Esta enfermedad además de su repercusión en la salud pública, incide en el desarrollo socioeconómico de los países, impactando más a las poblaciones vulnerables en condiciones de pobreza, hacinamiento y desnutrición.
La Fundación IO, que desarrolla proyectos en Salud Global, estima que cada año se registran alrededor de 8.000 casos de tuberculosis en Bolivia, concentrándose entre el 65% y 70% en el eje central del país (La Paz, Santa Cruz y Cochabamba). El resto se distribuye en otras regiones. En Chuquisaca, los afectados suman aproximadamente 300 por año, de los cuales entre 130 y 150 están en Sucre, representando casi el 50%.
La tasa de mortalidad por tuberculosis en el país es de unas 200 personas al año. Santa Cruz es el departamento con mayor incidencia.
La tuberculosis es prevenible y curable. Afecta principalmente a jóvenes y adultos de entre 14 y 45 años, sin distinción de género. La médico internista Katherine Valdivia Tambo, docente de Neumología en la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS), advierte que la clave para reducir su impacto es el diagnóstico temprano.
“Si una persona se presenta productiva por más de 15 días, debe acudir de inmediato a un centro de salud”, señala la profesional. Además, resalta la importancia de completar el tratamiento sin interrupciones. “El tratamiento contra la tuberculosis puede durar entre seis meses y un año, y su abandono es una de las principales causas del desarrollo de tuberculosis resistente a los medicamentos”, explica.
“Debemos redoblar esfuerzos en programas de prevención y concientización sobre el diagnóstico oportuno y precoz de esta enfermedad, monitorizar la adherencia y cumplimiento del tratamiento hasta el alto del paciente, y hacer el seguimiento para evitar las resistencias a los antituberculosos y posibles reacciones adversas”, afirmó Valdivia.
Para prevenir su contagio, se recomienda lavarse las manos frecuentemente, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y usar pañuelos de papel o el codo para evitar la dispersión de bacterias en el aire. Además, se debe evitar compartir vasos, cubiertos y toallas, y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
La ventilación adecuada de los ambientes, con circulación de aire y luz natural, también es fundamental para la prevención.
Mantener una dieta saludable y equilibrada es esencial para fortalecer el sistema inmunológico.
Asimismo, cumplir estrictamente con el tratamiento si se es diagnosticado con tuberculosis es clave para controlar la propagación de la enfermedad.
El combate contra la tuberculosis requiere un esfuerzo conjunto entre las autoridades sanitarias y la población. Es fundamental reforzar las campañas de prevención, garantizar el acceso al tratamiento y monitorear el cumplimiento de la terapia para evitar resistencias. La lucha continúa: la detección temprana y el compromiso social pueden marcar la diferencia en el control de esta enfermedad./El Deber
