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Matabot y la inteligencia artificial

Por Rodrigo Ayala Bluske 02/08/2025

Con la Inteligencia artificial esta ocurriendo lo mismo que hace unos años con el internet, y que otros años antes con el uso de los celulares; se está masificando en las formas más diversas, aunque en este caso realmente da la impresión de que el efecto en nuestras vidas cotidianas puede tener un impacto mayor y acercarnos en forma acelerada a lo que los especialistas llaman la «singularidad”: el cambio cualitativo a otro tipo de especie dominante en el planeta. Una IA consciente dicen algunos (como anticipadamente planteó Terminator de James Cameron en 1984), un ser humano modificado o un “cyborg” (humano combinado con maquina) dicen otros, o quizás una suerte de nueva especie interconectada de manera directa a través de computadoras, como insinúa Harari en alguno de sus escritos. Eso por supuesto, en el caso de que fenómenos tales como el cambio climático o la guerra nuclear, no eliminen al ser humano del planeta un poco antes, cosa que a veces parece altamente probable.

En todo caso, el panorama planteado por una serie Magnifica como Mrs. Davis (2023) de Damon Lindelof, en el que todos los seres humanos, mediante un chip implantado, convivían con una “IA” personal en sus cabezas, la que los “asesoraba”, en cada uno de los aspectos de su vida, parece realmente muy cercana (tengo una amiga, que en la Tarija de este 2025, conversa a cada instante con el ChatGPT, sobre su vida sentimental y le hace caso).

Pero Matabot, la serie creada por Chris Weitz y Paul Weitz, y estrenada hace unas semanas en Apple TV, no se centra en los cambios estructurales que la IA puede hacer en nuestra especie, sino más bien en el uso instrumental que los humanos podemos hacer de ella. Es decir, en la serie se nos describe un mundo en el que la IA esta confinada a manejar androides esclavos, al servicio de los seres humanos, siguiendo en forma lejana el modelo de Blade Runner(1982).

De ahí que la serie no se esfuerce por hacer una reflexión filosófica o existencial, como ocurre con algunos de los mejores productos de la ciencia ficción actual. ¿Cuál es su valor entonces?, el de un lucido e irónico comentario sobre la evolución política de la Norteamérica actual.

Matabot, es un androide esclavo que a fuerza de insistir ha logrado “hackear” su mecanismo de control y “liberarse”. Es algo que con alguna frecuencia ocurre en su contexto, y cuando pasa, generalmente los androides se ponen violentos, matan humanos y finalmente son destruidos. Pero Matabot es distinto, el quiere vivir y escapar, por lo que sigue simulando ser esclavo a la espera de una oportunidad para irse.

El universo de Matabot esta gobernado por “halcones” políticos y representantes de las grandes corporaciones (ningún parecido con Trump y Musk) y por tanto es un sitio salvaje donde priman intereses y sobre todo la lógica de la ganancia comercial. A ese mundo que nos es tan familiar, llega un grupo de investigadores de un planeta marginal, que realmente cree en la igualdad entre los seres humanos, el respeto a los seres vivos en general (incluyendo los androides), la necesidad de luchar por el bien común, etc. Los investigadores necesitan una autorización del gobierno corporativo para realizar sus investigaciones, y este les impone una serie de condiciones comerciales, entre ellas la “compra” de Matabot.

Lo que ocurre a partir de ese momento es un contrapunto generalmente picante, entre la forma de proceder del grupo de “progresistas” y las reflexiones internas del Androide.

Los “progres” son en principio bien intencionados, pero sus prejuicios, limitaciones, hipocresías, etc., los van conduciendo una y otra vez hacia el desastre, del que un impaciente Matabot los rescata una y otra vez.

La gran ventaja de los derechistas es que son claros en sus objetivos y no tienen ninguna vergüenza en enunciarlos (¿se acuerdan que hasta hace poco Milei decía que la justicia social es una obscenidad?), con un completo cinismo. La desventaja de sus oponentes se encuentra en que sobrevaloran demasiado su “buena voluntad” y no reconocen sus propias limitaciones. De ahí que Matabot a pesar suyo, este condenado a convertirse en un salvador de causas perdidas.

La serie es crítica pero no lleva sus postulados hasta las últimas consecuencias, quizás precautelando la posibilidad de nuevas temporadas.

Uno de los factores que hace llevadera la serie, es la corta duración de sus capítulos (treinta minutos), y si a ello le sumamos un estilo directo y un humor negro bien llevado, nos encontramos con un producto agradable.

Apple TV, es una plataforma de streaming que mediante una combinación virtuosa (ser subvencionada por una corporación mayor y tener ejecutivos de buen gusto y al parecer conocimiento del cine), esta produciendo algunas de las mejores series de la actualidad y en ese panorama, la ciencia ficción tiene un rol preponderante. Ojalá esas condiciones no cambien.

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