No más efectivo: los pagos digitales ganan terreno en Bolivia


Como muchos bolivianos, ha comenzado a confiar en los medios de pago digitales, una transformación silenciosa pero acelerada que atraviesa comercios grandes y pequeños, zonas urbanas y rurales, y que redefine la forma en que Bolivia se mueve, compra y vende
Una tarde cualquiera en La Paz, Gabriela, dueña de una pequeña tienda de cosméticos en Sopocachi, cerró su jornada con una sonrisa. No había recibido un solo billete, pero sí más de 30 pagos a través de códigos QR y transferencias electrónicas. Para ella, el dinero ya no es sinónimo de papel. Como muchos bolivianos, ha comenzado a confiar en los medios de pago digitales, una transformación silenciosa pero acelerada que atraviesa comercios grandes y pequeños, zonas urbanas y rurales, y que redefine la forma en que Bolivia se mueve, compra y vende.
“Los nuevos métodos de pago, como los códigos QR, están revolucionando el comercio tradicional al ofrecer una alternativa rápida, segura y sin contacto. En Bolivia, muchas pequeñas y medianas empresas (PYMES) están adoptando estas tecnologías para modernizarse y atraer a un público más joven y tecnológico”, afirma David Coaquira, docente de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Los pagos digitales ya no son exclusivos de grandes cadenas o plataformas tecnológicas. Desde la compra de una hamburguesa callejera hasta el pago de un pasaje en minibus, el sistema de pagos en Bolivia se está digitalizando. El código QR, en particular, se ha posicionado como el mecanismo más accesible y adoptado. Durante el primer semestre de 2024, las transacciones realizadas con QR se duplicaron respecto al mismo periodo de 2023, según la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban).
Este crecimiento es atribuido a su facilidad de uso: solo se necesita un teléfono inteligente y conexión mínima. “Son herramientas utilizadas incluso por pequeños comerciantes. El QR se ha convertido en parte del día a día de los bolivianos”, remarca Coaquira.
La interoperabilidad entre bancos ha sido otro factor decisivo. Ahora los pagos se procesan en tiempo real entre distintas entidades financieras, lo cual ha mejorado la experiencia del usuario y permitido la inclusión de nuevos actores como el sistema brasileño PIX, operativo en Bolivia desde mayo de 2025.
La digitalización avanza también gracias a la alianza entre bancos tradicionales, fintechs y comercios. Esta sinergia impulsa soluciones que facilitan el uso de tecnologías como la autenticación biométrica, interfaces intuitivas y hasta pagos sin conexión en zonas alejadas. De enero a mayo de 2025, Bolivia registró 605 millones de transacciones electrónicas, un 89% más que el año anterior. Esto representa aproximadamente 77 pagos per cápita, cifra que podría escalar a 200 para fin de año, según proyecciones del Banco Central de Bolivia (BCB).
Paralelamente, las criptomonedas comienzan a abrirse paso. Aunque su adopción ha sido más lenta por restricciones regulatorias, el panorama cambió tras julio de 2024, cuando el BCB y la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) eliminaron la prohibición de su uso. Desde entonces, negocios bolivianos ofrecen la posibilidad de pagar con activos digitales mediante QR, especialmente en contextos donde la escasez de dólares ha impulsado nuevas alternativas.
“Las criptomonedas y su adopción en Bolivia han sido más lenta debido a la prohibición del Banco Central de Bolivia en un principio. En la actualidad, debido a la escasez del dólar, se vio un incremento en la utilización de billeteras móviles y la compra de criptomonedas”, explica Coaquira.
El uso de criptomonedas en Bolivia aún no es masivo, pero el cambio de normativa y la innovación en infraestructura de pagos están allanando el camino. Se proyecta que en cinco años estas transacciones serán parte habitual de la economía boliviana, según analistas y proyecciones del BCB.
Coaquira coincide al asegurar que “en el corto y mediano plazo, la tendencia apunta hacia una mayor integración de los pagos digitales en la vida cotidiana. Para los códigos QR, se espera que la experiencia del usuario mejore con interfaces más intuitivas, mayor seguridad como la autenticación biométrica y la posibilidad de realizar transacciones sin necesidad de conexión a internet en áreas remotas”.
Este ecosistema digital no solo responde a una modernización tecnológica, sino también a un objetivo estratégico: lograr mayor inclusión financiera. Bolivia se posiciona como el segundo país en América Latina con plena interoperabilidad de su sistema de pagos, detrás de Brasil. Cada nuevo avance —ya sea una app de billetera móvil, una alianza entre fintechs o la masificación del QR— empuja a Bolivia hacia una economía cada vez menos dependiente del efectivo.
Stablecoins: hacia pagos digitales más estables
En este nuevo panorama de pagos, las Stablecoins —criptomonedas respaldadas por activos tradicionales como el dólar estadounidense— aparecen como una alternativa prometedora. Recientemente, el Banco Central de Bolivia anunció que trabaja en mecanismos para permitir pagos con activos virtuales estables como el USDT, facilitando así transacciones digitales sin la volatilidad característica de otras criptomonedas.
Estas monedas estables ofrecen algunas ventajas: mantienen su valor en el tiempo, permiten transferencias internacionales más rápidas y baratas, y están respaldadas por reservas tangibles. En un país donde el acceso a divisas ha sido complejo, representan una solución viable tanto para consumidores como para empresas que buscan protegerse ante la inestabilidad cambiaria.
“Actualmente, la adopción en Bolivia está limitada, pero a nivel global se están desarrollando soluciones como Stablecoins y Wallets más fáciles de usar”, afirma Coaquira. La inclusión de estos activos en el sistema de pagos permitiría combinar lo mejor del mundo financiero tradicional con las ventajas de la tecnología blockchain.
Hugo Miranda, oficial de economía digital de la Fundación InternetBolivia.org, agrega que esta transición es parte de una tendencia global. “La economía está en proceso de digitalización. Cuando las personas realizan pagos en línea o utilizan plataformas para transacciones, el mundo avanza hacia ese modelo. En el futuro, la economía será completamente digital”.
Con la llegada de las Stablecoins al sistema financiero boliviano, se prevé una transformación más profunda. Si bien aún es necesario fortalecer la regulación, la educación financiera y la infraestructura, el camino está trazado. Bolivia se dirige hacia una economía sin efectivo, más segura, moderna y conectada al mundo./El Deber
