El gobierno de Luis Arce garantizará el suministro de diésel subvencionado para el sector agropecuario hasta el 8 de noviembre, con el objetivo de asegurar la producción de alimentos. Así lo afirmó hoy el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores.
En Santa Cruz, la firma boliviana Empacar S.A. inauguró el primer surtidor que comercializa diésel importado sin subvención, con un precio de Bs 13,99 por litro. El hecho marca un precedente y, al mismo tiempo, un dilema para el país: ¿mantener la subvención de los carburantes, que representa miles de millones de dólares anuales, o retirarla y enfrentar un inminente encarecimiento generalizado? Ningún candidato presidencial hasta la fecha ha definido con claridad qué política aplicará, dejando abierta una de las discusiones más sensibles para la próxima administración.
El representante del transporte pesado, Pedro Quispe, exigió que las empresas intermediarias vinculadas a la importación de combustibles devuelvan los millonarios recursos recibidos por concepto de subvención y advirtió que no podrán eludir su responsabilidad.
El tradicional pan de batalla, uno de los alimentos más consumidos por las familias bolivianas —sobre todo en el interior del país— atraviesa una crisis silenciosa. El Gobierno reconoció que, debido al retraso en la distribución de harina subvencionada por parte de la estatal Emapa, no tiene capacidad real para fiscalizar ni el peso ni el precio de este producto.
