En Bolivia, cinco de cada 10 adultos mayores siguen trabajando durante su vejez
Mery Bazán madruga todos los días, cargando un bolsón con comida recién preparada y los utensilios que necesita para instalar su puesto ambulante por la zona de la Expocruz. Camina a paso lento por el peso que lleva y el dolor en la rodilla, pero apenas sale el sol ya está lista para cumplir con sus clientes y, sobre todo, para garantizar su sustento. Prepara asaditos, empanadas y patasca, y generalmente vuelve a casa después del mediodía. Vive sola por la zona de la Virgen de Luján y no tiene más opción que trabajar porque debe juntar para el alquiler, la comida y los remedios para los achaques de la edad. La renta dignidad, de Bs 350 mensual, no le alcanza para vivir.