Tarija: Acopio de carburantes agrava crisis por el desabastecimiento


En medio de una crisis persistente por la escasez de combustibles, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) ha comenzado a tomar acciones más drásticas para frenar el acopio irregular de carburantes, que alimenta a un mercado paralelo. Esta sobredemanda artificial, lejos de responder a un aumento real en el consumo, está generando desabastecimiento en sectores que verdaderamente dependen del diésel y la gasolina para continuar operando.
Una irregularidad detectada desde hace varias semanas es la existencia de vehículos que, día tras día, realizan carguíos elevados de combustible sin una justificación razonable. En respuesta, la ANH ha bloqueado más de 4.000 placas a nivel nacional. Específicamente en Tarija, un total de 68 motorizados ya fueron suspendidos del sistema B-Sisa.
Acopio irregular
“Hay gente que está cargando entre 100 y 250 bolivianos todos los días. No es razonable. Un vehículo con motor de 1.000cc no necesita ese volumen diariamente. Claramente se trata de personas que acopian para revender más caro”, denunció el director distrital de la ANH en Tarija, Franz Rodríguez.
Explicó que, pese a que se ha incrementado la distribución de carburantes en Tarija, pasando de 200.000 a 250.000 litros diarios, el problema de escasez no ha cesado. Reconoció que hay una sobredemanda provocada por el acopio, pues la distribución aumentó, pero la gasolina se acaba igual o más rápido.
Ante esa situación, se están desarrollando operativos con acompañamiento policial, y quienes han sido bloqueados del sistema solo podrán volver a cargar previa presentación de una justificación ante la ANH.
Fernando Romero: “La falta de carburantes daña la cadena de producción y comercialización”
Desde la Asociación de Surtidores del Sur (Asosur), el presidente Moisés Hidalgo aclaró que las estaciones de servicio no tienen la capacidad de controlar el destino del combustible, sino que ese trabajo lo hace directamente la ANH a través del sistema B-Sisa, y que los surtidores solo cumplen con cargar el combustible.
Un efecto dominó en la economía
Los efectos de la escasez de combustibles ya son palpables en la economía local y nacional. El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, advirtió que la falta de carburantes está afectando a toda la cadena de producción, distribución y servicios. Esto eleva más la inflación.
Mencionó que el impacto es transversal. Desde el agro, el transporte, el turismo, hasta las entidades públicas y privadas, ya que todos están sintiendo el golpe.
Romero explicó que los combustibles subvencionados son insumos esenciales para la economía boliviana. Recalcó que sin carburante no hay siembra, no hay cosecha, no hay transporte ni provisión de alimentos, consecuentemente genera la suba de precios, presión inflacionaria que inclusive puede comprometer la seguridad alimentaria del país.
El economista también alertó que esta situación podría provocar que el crecimiento económico del país sea inferior al proyectado para este año.
“La falta de carburantes daña la cadena de producción y comercialización, por ende, producir, transportar y comercializar los alimentos y diferentes productos, sean de consumo o uso, hacen que suba su precio en el mercado y exista mayor inflación”, indicó.
Romero recordó que en el mes de junio se ha registrado una inflación de 5,21% mensual, sin embargo, ha advertido que este problema aun va a seguir latente, influenciado por la falta de dólares y de carburantes.
Los créditos externos, una solución a corto plazo
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, ve como una medida a corto plazo para mitigar la escasez de carburantes, el recurrir a los créditos externos para que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) pueda tener liquidez e importar diésel y gasolina.
Otro de los caminos que puede tomar el Gobierno es la monetización o hipoteca de las reservas de oro que tiene el país, de 22,5 toneladas, o también recurrir a un mayor endeudamiento interno, con mayor emisión monetaria, lo que no recomienda./El País
