Pena máxima de 30 años sin derecho a indulto fue la sentencia que recibieron este miércoles los cuatro acusados del asesinato del joven Oriel Cayo Ávila de 27 años de edad, a quien mataron con violencia la madrugada del 20 de noviembre de 2023, para luego abandonar su cuerpo en el “Gallinazo” del barrio German Busch.

Aunque la familia de los acusados sostiene su inocencia, las pruebas acreditaron la participación de los dos hombres y las dos mujeres. Los primeros serán enviados al penal de Chonchocoro, en el departamento de La Paz, y las segundas cumplirán su condena en Morros Blancos.

Se trata de Kevin López Rivera de 32 años, Richard Ugarte Menacho de 40 años, Maira Fabiana López de 38 años y Gabriela Guerrero Espinoza.

Proceso

Los implicados guardaban detención preventiva desde el 23 de noviembre de 2023, fueron capturados poco después del crimen.

La fiscal departamental, Sandra Gutiérrez, informó que entonces arrancó el proceso investigativo. Las primeras pericias forenses demostraron que el joven había sido apuñalado en el tórax a la altura del pulmón, que tenía trauma cráneo facial abierto con exposición de masa encefálica que significa que le destrozaron el rostro y que le faltaba un pedazo a uno de sus muslos.

En la autopsia se estableció que había fallecido entre las 00.00 y las 2.00 del 23 de noviembre y que luego de haber muerto lo arrastraron hasta el sitio donde fue encontrado por los vecinos durante la mañana.

Luego comenzó una reconstrucción de los hechos. El joven que se dedicaba a la peluquería había trabajado hasta la noche del 22.00 horas y más tarde fue con un amigo al local “El Pariente”. Las cámaras del negocio registraron cómo los sindicados entablaron charla para luego beber juntos. Luego los habrían “pildoreado” a ambos con somníferos en el trago.

Después salieron con ellos del lugar hacia el vehículo de los acusados.

En la investigación se demostró que los fármacos no habrían hecho efecto y que por eso lo habrían apuñalado. Las pericias al vehículo apuntaban a que lo usaron para arrastrar el cuerpo por dos kilómetros.

La fiscal Gutiérrez indicó que el juicio se instaló el 8 de agosto ante el Tribunal de Sentencia, allí fueron presentadas todas las evidencias que derivaron en una condena.

Afuera aguardaba una vigilia pidiendo justicia para el joven oriundo de la comunidad de Casa Alta en el municipio de Entre Ríos. Su familia lo recuerda aún hoy como una persona trabajadora, con pasión por el fútbol y con calidad humana.

Sentenciados

Paralelamente, una vigilia instalada por los familiares de los acusados sostuvo su defensa apuntando hacia otro grupo de personas como “pildoritas” que estaban en el local y que serían antisociales involucrados en otro hecho. Los mismos sentenciados dijeron ser inocentes mientras salían escoltados por la Policía./El País