La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) esclareció un caso de homicidio y robo agravado ocurrido la madrugada del 6 de abril, cuando el cuerpo sin vida de Fabián Rodrigo Martínez Flores fue hallado en la zona norte de la ciudad. El presunto autor, José Daniel Lizondo Antelo, un taxista con múltiples antecedentes penales, fue detenido y condenado a 8 años de cárcel tras admitir su culpabilidad.

Según el comandante departamental de la Policía, Rolando Rojas, la víctima fue encontrada sin vida la madrugada del 6 de abril en la avenida prolongación Beni, entre sexto y séptimo anillo. El cuerpo fue trasladado a la morgue, donde la autopsia legal reveló que la causa de muerte fue asfixia por broncoaspiración, presuntamente tras haber sido narcotizado.

“Se activó inmediatamente el trabajo de la División Homicidios y, gracias a imágenes de cámaras de seguridad, se logró reconstruir el recorrido de la víctima a bordo de un taxi”, explicó Rojas.

Martínez había salido de una discoteca en la calle Dra. María de Oliveira, cerca del cuarto anillo de la capital cruceña, donde abordó un taxi negro marca Honda, con placa 6423. Tras identificar el vehículo y seguir su rastro, la Policía realizó un allanamiento el 6 de junio en un inmueble ubicado en la avenida Santos Dumont, donde se secuestró el automóvil y se aprehendió a José Daniel Lizondo Antelo.

Dopaba a sus víctimas

Durante la inspección del vehículo y la vivienda, se encontraron contenedores con sustancias de origen desconocido, medicamentos en gotas con efectos somníferos, y carcasas de celular, presuntamente robadas. Todo esto reforzó la hipótesis de que Lizondo tenía un método sistemático: drogaba a sus pasajeros para robarles y los abandonaba, sin importar su estado de salud.

“Este sujeto hacía abordar a sus víctimas, las narcotizaba, les robaba y luego las dejaba inconscientes. En este caso, la víctima murió por broncoaspiración tras haber perdido el conocimiento”, detalló Rojas.

José Daniel Lizondo Antelo no era un desconocido para las autoridades. Según el jefe policial, el ahora condenado acumulaba ocho denuncias previas por robo, violación, lesiones y robo agravado. A pesar de su historial, continuaba operando como taxista en la ciudad.

Durante su aprehensión, Lizondo admitió su responsabilidad en el crimen y aceptó someterse a un procedimiento abreviado, siendo condenado a ocho años de reclusión en la cárcel de Palmasola.

“Este es un caso que demuestra cómo un delincuente reincidente puede causar la muerte de un ciudadano inocente”, lamentó el jefe policial./El Deber