# Tags
       
#Local

Traslado de jóvenes a cárceles para adultos genera alerta en Tarija

“Quiero volver a Oasis, aquí hay mucho vicio”. La súplica de Josías (nombre ficticio), un joven de 27 años que evidencio como personas cercanas a él, fueron trasladados del centro de menores a la cárcel de Morros Blancos, algo que refleja una preocupante práctica que expertos consideran viola principios básicos de los derechos humanos.

Josías y su suplica

Josías acumula una trágica historia delictiva. A los 14 años cometió su primer homicidio durante una pelea juvenil, por el que cumplió 45 días en el Centro de menores Oasis. Dos años después, mató a su padrastro en venganza por agresiones contra su madre, recibiendo igual condena.

Al cumplir la mayoría de edad, se dedicó al “motochorreo” hasta que múltiples víctimas lo identificaron y fue recluido en Morros Blancos, con una estancia ya de casi 9 años recluido en la cárcel de Morros Blancos, tras recibir una sentencia.

Jóvenes a cárcel de adultos

Un caso trascendió en la Defensoría del Pueblo cuando detectó que tres jóvenes de 18 años fueron trasladados este año del Centro de Infractores Oasis a la cárcel para adultos.

Patricia Ninaja, responsable de asistencia social y familia del SEDEGES, justificó la medida: “Para que una autoridad judicial tome esa decisión, debe haber mediado un hecho grave”.

Sin embargo, la delegada de la Defensoría del Pueblo en Tarija, Cecilia Bolívar, alerta sobre la violación de derechos: “Las autoridades no entienden que un centro de menores cumple una política de restauración socioeducativa y en un penal se cumple una pena”.

Por su parte, la directora de Régimen Penitenciario en Tarija, Gabriela Tintaya, presume que son más de tres los jóvenes trasladados este año, lamentando la “contaminación social” que sufren en prisión.

Jóvenes con adultos

El comandante policial en Tarija, General Bismark Pereira, reconoció las limitaciones del sistema: “Es nuestra realidad. Necesitamos un nuevo modelo de restauración”.

Mientras, el abogado penalista Limberg Martínez fue contundente: “Un joven que cae en la cárcel sale con más habilidades para delinquir que para ser una persona de bien”.

Bolivia requiere una reestructuración urgente de su sistema penitenciario integral -incluyendo centros juveniles- para transformar la privación de libertad de castigo en oportunidad de reinserción.

Casi el 30 % de la población carcelaria es de jóvenes de entre 18 a 28 años de edad, una cifra alta según estudios a nivel mundial que manejan estándares de calidad de políticas de reinserción social tras una pena privativa

Dejar un comentario