Cada vez es más caro alimentarse con una inflación que roza el 6%


Antonia Vega, el domingo fue a la feria que se instala en la final San Silvestre (entre quinto y sexto anillo de la zona norte), para comprar verduras, huevo, un poco de queso, algo de carne o pollo. Volvió con solo una bolsa de mercado, esas de varios colores, y la certeza de que ya no alcanza comprar menos, sino que es urgente bajar la calidad de algunos alimentos para seguir teniéndolos en su mesa.
A Lenny, le pasó lo mismo cuando fue al mercado El Carmen del kilómetro 9 de La Guardia, el kilo de carne no bajaba de los Bs 60, entonces busco hígado y su precio estaba entre Bs 23 y Bs, entonces pollo optó por el pollo que registraba una baja y lo compro a Bs 18 el kilo.
“Ya no se puede seguir así, esta todo caro, el queso, el huevo, la cebolla. Si hasta el precio de carne con hueso subió de precio. ¿Qué vamos a comer?”, se lamentó.
La pérdida del poder de compra es una constante que aflige a miles de bolivianas y bolivianos, que ven cómo alimentarse se vuelve cada vez más caro. Si uno quiere ahorrar tiempo y opta por un almuerzo, este ha subido de Bs 10 a Bs 12 o incluso a Bs 15.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la inflación acumulada al primer cuatrimestre fue del 5,9%, un 80% al proyectado en el Presupuesto General del Estado (PGE) que calculó un 7,5% para el año 2025.
Sin embargo, varios especialistas consideran que esos números se quedan corto con lo que sucede en las calles.
Así, para el economista, Gonzalo Chávez, hay un desajuste entre proyecciones de PGE y la realidad es preocupante, ya que demuestra que las presiones inflacionarias han sido significativamente más intensas que lo anticipado por las autoridades fiscales y monetarias.
“Es como si usted planeara su sueldo para doce meses y en abril ya se hubiera gastado el 80%. Optimismo con aroma a insolvencia”, señaló Chávez.
Remarcó que la inflación interanual es el dato más preocupante, pues de abril 2024 y abril 2025, la inflación fue de 15% mientras que, en el mismo periodo los alimentos subieron casi 24%.
“Esto indica una pérdida sustancial del poder adquisitivo de la población, especialmente en un contexto donde los salarios han mostrado escasa capacidad de ajuste”, precisó.
Sobre el tema, Carlos Aranda, economista del Centro de Estudios Populi, detalló que en un análisis de los 30 productos con mayores incrementos revela que muchos de ellos son insumos esenciales para los hogares.
En alimentos, destacan aumentos de hasta 90% en cebolla, 88% en tomate, y más de 50% en brócoli, betarraga y arveja verde. También subieron con fuerza productos proteicos como el hígado, la carne de res con y sin hueso, el pescado fresco, y alimentos básicos como la leche evaporada, quinua y queso.
En bienes no alimentarios de uso cotidiano, se encarecieron significativamente productos como jabón de tocador (+14,3%), shampoo (+14,9%), desodorantes (+16,3%), crema de enjuague, velas, y servicios como el transporte urbano en minibús o micro (ambos en torno al 16%). Incluso bienes escolares y de higiene femenina registraron alzas por encima del 12%.
Estos aumentos afectan con más intensidad a los hogares de menores ingresos, que destinan una mayor proporción de su presupuesto a este tipo de productos, observó Aranda.
Datos del INE
Humberto Arandia, director ejecutivo del INE, informó que Bolivia registró en abril una inflación del 0,9%, una tasa con tendencia a la baja, pues a su criterio durante es mes se proveyó combustibles de manera normal, no se tuvo bloqueos y tampoco se enfrentó problemas climatológicos serios.
De acuerdo con datos del INE, entre los productos con mayor incidencia positiva; es decir, que registran un aumento de precio, está la cebolla, la carne de res sin hueso, almuerzo, huevos, quesos y champú en frasco.
Arandia explicó que, por ejemplo, la cebolla, cuando comienzan las bajas temperaturas todos los años, estacionalmente registra un incremento en su precio; sin embargo, el aumento en el costo de la carne de res no muestra una explicación técnica logística.
“La carne de res continúa registrando niveles elevados en su precio, desde el punto de vista del INE no existe justificación técnica desde la estructura de costos para que este precio se mantenga”, sostuvo.
Respecto a la carne de pollo, la autoridad señaló que al menos en el mercado de La Paz el kilo rebajó de Bs 27, el 15 de marzo, a Bs 17 a finales de abril. Ello se debe a que la especulación cayó de un 23% a un 8%.
“Es decir, los controles en las principales ciudades, en los mercados sobre todo minoristas, fueron el principal determinante para esa bajada tan abrupta del precio del pollo de Bs 27 a Bs 17 bolivianos”, resaltó.
El economista, Germán Molina, sostuvo que el país se encuentra un ciclo electoral, donde el gasto público va a continuar creciendo, presionando a los precios hacia el alza.
Molina indicó que el Estado siempre expande el gasto público con el propósito de que el presidente en función gubernamental busque continuar por otros cinco años más, para ello tiene en sus manos el instrumento de la política económica que es el gasto público mediante presupuesto que va a expandir el gasto.
“Por el lado de los consumidores, estos tienen sus ingresos limitados, a pesar de haber recibido un incremento salarial, el beneficio solo llegará a un 20% de la población que está en planillas en el sector formal. A los informales no les va quedar otra que elevar el precio para poder cubrir sus gastos que significa esto sin duda que impulsará la inflación”, explicó Molina.
Molñina puntualizó que en abril los comerciantes están retirando los productos de oferta y cuando se les consulta porque la respuesta es que se aprobó el incremento salarial por lo que deben subir los costos para financiar el incremento salarial al personal, que tienen a su cargo.
Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, indicó que la tendencia inflacionaria es la de crecer y esto se debe principalmente a la falta de dólares y a su precio elevado en el mercado negro y virtual.
“Si esto se suma un escenario con mucha incertidumbre y volatilidad tanto en lo económico y político, agrega más presión para que suban los precios de la canasta básica familiar principalmente, como se ha visto recientemente con el caso del pan de batalla, mermando más aún el poder adquisitivo de nuestra moneda, ya devaluada en más del 100% respecto al dólar paralelo”, manifestó Romero.
Mientras se hacen estos análisis, a Franklin y a su esposa Fernanda, cada vez se se le hace más corta la lista de productos que anotan cuando van al mercado, una vez a la semana./El Deber
